martes, 17 de noviembre de 2015

Finalidades de las interacciones humanas.

Las relaciones interpersonales aportan elementos importantes para el desarrollo de la estructura del si mismo, sobre todo la edad escolar y en la adolescencia. Al interactuar con la gente vemos nuestro reflejo en ella, es decir, podemos reconocerla como personas que tienen vivencias parecidas a las nuestras y que poseen virtudes y cometen errores también. Hay algunas personas que se vuelven modelos para nosotros, ya que muestran cualidades que admiramos y que consideramos no nos seria fácil adquirirlas. Así que aveces comenzamos a preferir a quienes pueden aportarnos aquellas virtudes que sentimos que nos faltan, o que a través de su trato podremos saber como ser parecidos a ellas. 
En esa interacción es posible encontrar referencias de personalidad y también elementos de compañía, compresión y contención emocional. El  grupo social de referencia en el que nos involucramos, por lo regular nos provee de aquellos componentes con los cuales nos hacemos parte de un todo mayor que favorece nuestro desarrollo emocional. El grupo de amigos, sobre todo en la adolescencia, nos aporta sensaciones de pertenencia, y es dentro de este que nos sentimos comprendidos y acompañados en nuestro proceso de crecimiento. El intercambio de ideas, pensamientos y reflexiones acerca de la vida posibilita que el individuo tenga una visión tan amplia como personas conozca, sobre todo si estas provienen de diferentes contextos. A través de las interacciones humanas podemos descubrir opciones diferentes para desarrollarnos en la vida: puntos de vistas distintos acerca de los temas relevantes que nos interesan, la posibilidad de tomar caminos diversos para nuestro desenvolvimiento profesional o vivir relaciones amorosas que enriquecerán nuestro desarrollo emocional.


Ademas todo lo anterior, las interacciones humanas nos confrontan acerca de aquello que aun no hemos resuelto en nuestra vida: tristezas, heridas, enojos. Al conocer y relacionarnos con muchas personas, nos enfrentaremos a conductas y actitudes diferentes que nos llevan a la primera referencia (la primera persona) que las tenia, y eso puede facilitarnos a sanar lo que duela, siempre y cuando aceptemos el reto y soltemos aquella emoción, dándonos la oportunidad de aceptar a otras personas con esas características, reconociendo que también son singulares. Cualquier herida emocional puede sanarse, solo se tiene que admitir, enfrentar y soltar.  

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