domingo, 22 de noviembre de 2015

Placer.



El placer es una sensación buscada por las personas y es el placer se ha colocado en los extremos del bien y el mal y como lo opuesto del dolor. Para los estoicos, el placer es el mayor enemigo de la moral, por lo tanto es negativo; por otro lado, el filosofo BARUCH SPINOZA 1632-1677 lo considera positivo, ya que nos permite acceder a un bienestar mayor del que provee.

El término placer se contrapone normalmente al de dolor, se trata en parte de una definición de cosas por oposición.


En filosofía las reflexiones sobre la cuestión del placer se suelen enfocar a partir de consideraciones éticas. El enfoque ético de estos escritos tiene algún inconveniente, dado que su naturaleza ligada a la moral y la moralidad, a lo bueno y a lo malo, ha impedido a menudo una precisión analítica y psicológica.

La definición de Spinoza sitúa al placer ligado al bien, le da una connotación moral positiva. Antes que él se definen en el mismo sentido aunque con notables variantes los filósofos cirenaicos hedonistas y los epicúreos.
Para los cirenaicos la definición de la sensación de placer es la del movimiento sereno del cuerpo, por el contrario el dolor es el movimiento desordenado del mismo. Hay que decir que para la filosofía griega el concepto de “movimiento” no es el de movimiento físico sino el de un cambio de estado en algo o alguien.

La filosofía será para ellos, por tanto, la que se ocupará de elegir y medir el placer. Así, Anicerís valoro por encima del placer sensual el que resulta de la amistad, la vida familiar o el ejercicio de la política. Sin embargo, Hegesís, da el contrapunto pesimista a la cuestión del placer, al decir que todo placer va acompañado tarde o temprano de dolor -esencialmente por la pérdida de lo que era placentero-.

Los hedonistas cirenaicos tienen una concepción del placer decididamente como algo “bueno”, su objetivo es el logro de la felicidad que prácticamente identifican con el placer, por ello también se centran en la desaparición del dolor de la angustia, el evitarlos en todo lo posible.
La negatividad del placer

De manera contraria a las anteriores escuelas los filósofos cínicos y aún más los estóicos verán en el placer como algo negativo, dado que para ellos el placer resulta ser el principal enemigo de la moral.

En el mismo sentido se pronunciarán la mayoría de doctrinas ascéticas, siendo el gnosticismo la que con mayor aversión ve todo tipo de placer material, en consecuencia incluye también el sensual como cosa negativa. Esto se debe a que las doctrinas gnósticas consideran, a imitación de Plantón, al cuerpo como “prisión del alma”, pero van más allá de los postulados platónicos al considerarlo también “corruptor” o “tentador” del alma.

Variedades de placer
Ya señalamos que el placer es un concepto analógico y que por eso hay muchos tipos de deleite, a veces muy distintos por su cualidad fenomenológica, por su base neurológica y por su función en el dinamismo de la vida. A estos dos últimos puntos nos referimos más adelante. No son lo mismo, en este sentido, el placer fisiológico, el gusto estético, o el gozo intelectual relacionado con la inteligencia, con la vida social y con el amor de amistad entre las personas.
Un tipo especial de placer se genera cuando se alivia un dolor (placer como "alivio"), o cuando el cuerpo fatigado descansa (placer como "sensación de descanso"). Otra clase de placer surge cuando se presenta una distancia entre un bien al que se tiende (inclinación –o tendencia– y deseo) y su posesión efectiva. El deleite surge entonces cuando se obtiene o se satisface el objeto de la inclinación: por ejemplo, se siente un especial gozo cuando se consigue un premio al que se aspiraba. Si la inclinación implica una necesidad vital, el placer consiste en la satisfacción de una necesidad, por ejemplo, el placer de beber cuando se satisface la sed.

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